Las diferencias irreconciliables entre el técnico del Real Madrid, José Mourinho, y el director general, Jorge Valdano, a punto han estado de acabar con la relación del argentino con el club blanco, según informa ‘El Periódico de Catalunya’.

El pasado jueves Valdano presentó su dimisión a Florentino Pérez para poner de esta forma punto y final a la guerra interna entre el directivo y el entrenador del equipo madridista. El presidente blanco, no obstante, no aceptó la marcha de su director general de máxima confianza y frenó su supuesta salida hasta final de temporada, después de almorzar en un conocido restaurante madrileño.

Florentino instó a Valdano a hacerle recapacitar y cambiar de decisión, pese a la tensión existente en el club blanco desde que el portugués asegurara públicamente hace diez días que no quiere tratar con el director general los temas deportivos, además de prohibirle viajar con el equipo y entrar en el vestuario.

Valdano no se siente, al parecer, nada cómodo con esta circunstancia y por eso intentó ponerle remedio cuanto antes. “Si hay que tomar más distancia con Mourinho, pues se hace”, manifestó el argentino cuando conoció las declaraciones de su ‘enemigo’ irreconciliable Mourinho, en una situación en la que cada vez parece más evidente que no pueden cohabitar dos gallos de tan alto pelaje en el mismo gallinero de la casa blanca.

Lo que pueda ocurrir, sin embabargo, al término de la temporada, con o sin títulos, puede determinar el futuro de ambos en el Real Madrid. Ante una más que posible marcha de José Mourinho, gane o no gane algun trofeo para su currículum personal, tal y como ha dejado ver últimamente, la continuidad de Jorge Valdano parece segura mientras esté Florentino Pérez al frente de la nave madridista.

Las últimas descalificaciones de Mourinho hacia Valdano, a la conclusión del encuentro de Liga contra el Mallorca (1-0) en el Santiago Bernabéu, fueron replicadas por el director general el pasado miércoles al final del partido de Copa en Sevilla (0-1), aunque huyó de la polémica con el técnico blanco. Sólo aguardó un día para comunicarle al presidente su firme decisión de evitar incrementar las diferencias existentes con su marcha inmediata. La respuesta de Florentino frenando la salida de Valdano refuerza momentáneamente el papel de su mejor aliado, aunque no aparca, por otra parte, la sensación de crisis interna y caos general que está atravesando la entidad de Concha Espina. Demasiada guerra de poder en manos del amo del banquillo y en función de unos resultados que por ahora no acaban de llegar al Madrid ante un inalcanzable líder Barcelona.

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